A lo largo de estas últimas dos semanas estuve leyendo un libro muy interesante y quiero compartirlo con ustedes.
Una llamada de atención.
Carta de los mayores sobre los niños de hoy.
Philippe Meirieu.
Prologo
Philippe Meirieu pedagogo francés, Doctor en Ciencias de la Educación, con una amplia producción intelectual participa activamente de los debates actuales sobre educación.
Los temas principales que desarrolla rondan el la idea de la crítica a la idea de la educación como fabricación, preguntas como el deseo de aprender del estudiante, bases de la educación para formar personas que puedan habitar este mundo con responsabilidad, transmitir saberes emancipadores, propiciar el dialogo, el pensamiento y ayudar a elegir.
Introducción
El autor comienza por hacerse dos grandes preguntas:
¿Qué mundo vamos a dejarles a nuestros hijos?
¿Qué hijos vamos a dejarle al mundo?
En la primera trabaja la actual actitud del ser humano, donde pone la atención en la falta de responsabilidad hacia el medio ambiente y hacia las otras personas, en la impunidad y en la cultura del consumismo.
En la segunda pregunta hace un recorrido por la historia de la educación, por el objetivo que se persiguió en el momento histórico en que se creo la escuela, donde se educaba para hacer obreros. Hoy esto ya no está en juego y muchas veces no se comparte una visión de qué se quiere lograr con la educación. Es así que comparte su idea de elevarse del propio ser para educar y hacerlo mirando el futuro del niño, viendo que se necesita promover, haciendo a un lado lo personal y formar verdaderos hombres que puedan habitar el mundo: que asuman nuestro historia para aprender de ella, que puedan pensar por si mismos, emanciparse de las influencias, asociarse para construir juntos, fomentar la humanidad, resistir los impulsos y construir la paz.
1° parte: Adultos y niños, cuánta historia!
Realiza un recorrido por la historia de la niñez para concluir en que este ser es alguien al que le debemos transmitir el deseo de aprender y crecer, dándole así los medios para formarse. Solo con el deseo se puede asimilar el verdadero conocimiento y construirse con fortaleza.
Luego hace un recorrido por la historia de la escuela, pudiendo apreciar acá cómo la escuela se ha transformado en una maquina de instruir y poco a poco el foco en la instrucción y obligación ha dado vuelta la cara al verdadero deseo de aprender del niño, provocando el efecto contrario.
En esta historia aparece por el 1899 nuevas ideas denominada escuela nueva. La atención esta puesta en ver al niño tal como es, promover su deseo de aprender a aprender, sin abolirlo ni sacarlo de su naturaleza.
Más tarde analiza el vínculo familiar y el lugar que hoy ocupan los hijos. Y ve que la familia ya no hace al niño sino el niño a la familia, donde muchas veces el vínculo conyugal es precario pero el de filiación es articulador. Dándole así a los hijos un poder jurídico y simbólico. Nombra a este niño como el niño-rey.
Para cerrar esta parte trabaja el tema de los impulsos de estos niños, la importancia de la espera, de la atención y contención para que los éstos no lo dominen. Todo un aprendizaje formador y constitutivo para la gran etapa de la niñez. Y el desafío está puesto en el mundo consumista de hoy, donde todo es ahora y no hay lugar a la espera. Hace una gran diferencia en comparar el saber inmediato proveniente del capitalismo pulsional y el verdadero deseo de aprender, que viene de aplazar la satisfacción inmediata para que emerja la auténtica intencionalidad.
2° parte: Derechos del niño y obligaciones del educar
En esta parte trabaja sobre la carta de los derechos del niño, mostrando sus dos grande derechos, los derechos créditos que se refieren a la obligación de los adultos de protegerlos, y los derechos libertades que ponen el énfasis en que los niños tienen la libertar de asociarse, expresarse, ser escuchados, difundir sus ideas y pensar libremente. Analiza que a los primeros se les ha prestado mas atención por parte de los gobiernos aunque no se cumplen en su totalidad en el mundo. Pero los segundo no fueron tomados tan en cuenta o llevado a acciones concretas.
Termina esta parte proponiendo el compromiso de los adultos para que los niños puedan firmar su propia vida, contenidos, ayudados pero en libertar no en obligación.
3° parte: ¿Para qué educamos a nuestros hijos?
Responder a esta pregunta es difícil pero el autor va a decir que se quiere acoger y criar hijos para que renueven el mundo.
Para esto la educación debe:
- Enseñar a espera, aplazar los impulsos.
- Enseñarles cultura y hacerlos entrar en ella para que sepan de donde vienen, quienes son y sobre todo que no están solos.
- Hacer foco en la comunicación, habla y pensamiento.
- Enseñar responsabilidad con una escucha empática, apelando a la ley y valorando al yo.
Conclusión
Concluye pensando humildemente en que nada de esto es fácil y que no hay recetas mágicas, pero tampoco podemos bajarnos del barco, y propone compartir esta visión de formar personas con promesa de futuro.
Todas las personas pueden aprender, crecer y convertirse en sujetos,
pero nadie los puede obligar...
-Marina-