Se acerca fin de año y se escucha por muchos rincones… “como paso el año… ya estamos en diciembre… se paso el año y ni lo ví…” El tiempo parece ser un problema de difícil solución en estas sociedades modernas. Vamos a ver un poco de que se trata:
El tiempo es el recurso por excelencia con el que contamos para lograr nuestras metas, para trabajar en nuestros sueños, para vivir y disfrutar cada momento de la vida.
El ser humano quiere atrapar el tiempo y abrazarlo para que no se escape, pero es un intento vano, hay cosas que no se pueden agarrar y controlar. El tiempo es escurridizo y rebelde, no se deja manipular ni dominar, continúa su lento pero permanente movimiento.
Las personas no aceptamos que el tiempo que tenemos es el que tenemos, y que en lugar de pedir más, debemos aprovecharlo mejor. Tener más horas en el día no significa que vallamos a aprovecharlas mejor, sino todo lo contrario, si no somos capaces de manejar 24 horas, ¿cómo vamos a ser capaces de manejar 30 o 36?
Nunca se pierde el tiempo…
Muchas veces estamos solos y esperando a alguien y sentimos que perdemos el tiempo valioso de nuestras vidas. Pero no nos damos cuenta que siempre que estamos en presencia de algo o alguien, o con nosotros mismos, podemos aprender cosas nuevas, y ese momento esta ahí justamente para eso. Siempre hay cosas donde poner nuestra atención que nos pueden enriquecer.
Quizás nos estemos olvidando de los detalles de la vida, de la naturaleza, de las pequeñas cosas…
Creo que el secreto para disfrutar del tiempo y no perderlo como si fuera un objeto, es la propia capacidad para ver el ahora, para pararnos en el presente sin esperar al futuro ni lamentarse por el pasado.
De a una…
Creo que hay que poner el acento en la calidad del tiempo que dedicamos a las tareas que realizamos. Si hacemos tres cosas al mismo tiempo terminamos por estresarnos y cumpliendo con poca calidad las tres.
Tener en cuenta que vamos a realizar y cuando, o sea planificarlo, y luego proceder de a una con toda la calidad posible y en un tiempo acorde para poder realizarlas todas.
El secreto de la filosofía zen es justamente este, poder realizar de a una todas las tareas que nos proponemos. Cuando trabajamos solo trabajamos, cuando comemos solo comemos, cuando nos ejercitamos solo hacemos eso. Es la regla del ocho, ocho horas para el trabajo, ocho para lo personal y ocho para descansar.
Nosotros tendemos a mezclar todo, trabajamos y atendemos cosas personales, nos llevamos trabajo a casa y no disfrutamos del encuentro con la familia, llevamos nuestro dialogo interno con preocupaciones hasta cuando salimos a disfrutar de un lindo día.
Invadir una tarea con otra no es bueno, no es positivo.
La agenda…
Un elemento fundamental para planificar, organizar y valorar nuestro el tiempo y el de los demás.
Hay que saber separar lo urgente e importante de lo que no lo es. Y poder atender a nuestras necesidades personales es una de las cosas más importantes que podemos hacer en un día normal de nuestras vidas.
La mala noticia es que el tiempo vuela.
La buena noticia es que nosotros somos los pilotos.